Conocer el origen de un huevo es muy sencillo:
Los huevos llevan impresa en la cáscara desde hace años una combinación de números y letras que aporta información muy valiosa sobre la forma en que viven las gallinas que los han puesto. Sin embargo, muy pocos consumidores saben cómo interpretar ese código. El primer número empezando por la izquierda es el que aporta el dato más relevante.
- Si la primera cifra es un 3, indica que las gallinas ocupan jaulas con unas 17 aves por m2, de modo que a cada gallina le corresponde una superficie inferior a un folio. Las gallinas se hacinan sobre una malla de alambre para que la jaula no se llene de excrementos y sufren cortes y malformaciones en las patas. Se les suele cortar el pico -una operación muy dolorosa- para reducir el impacto de las agresiones.
- Si la primera cifra es un 2, la gallina que lo ha puesto vive en el suelo de naves densamente pobladas, con hasta 12 gallinas por m2. En épocas de calor, muchas fallecen por asfixia. Pueden pisar el suelo, pero nunca salen al exterior y apenas tienen espacio para moverse. Sufren muchas infecciones, por lo que reciben habitualmente antibióticos, y también se les suele cortar el pico para que no se ataquen.
- Si la primera cifra es un 1, significa que el huevo ha sido puesto por una gallina “campera” que puede salir al exterior, escarbar y moverse con cierta libertad. La densidad de las gallinas fuera del gallinero no puede superar una por cada 4 m2.
- Si la primera cifra es un 0, el huevo es de producción ecológica. Las gallinas se mueven con una libertad similar a las de tipo 1, se alimentan con granos ecológicos y no son medicadas intensivamente.
Por supuesto, hay una diferencia de precio entre los de tipo 0 y 1 y el resto, pero es perfectamente asumible. Sobre todo si piensas en el beneficio para tu salud y en que, consumiendo este tipo de huevos, estás contribuyendo a mejorar la vida de estas aves.