- 600 grs. de calabaza
- 4 huevos
- 150 ml de nata liquida
- sal
- pimienta
- nuez moscada
- aceite o mantequilla para engrasar el molde
Para la salsa de pimientos:
- 1 cebolla grande
- 1 pimiento grande
- un puñado de perejil
- dos dientes de ajo
- sal
Pela la calabaza, quítale las pepitas y córtala en trocitos. Envuélvela en papel de aluminio y asa a 180º unos 40 minutos, hasta que se ablande. No apagues el horno, porque lo vas a volver a usar en seguida!
En un vaso de batir, introduce la calabaza, los huevos, la nata, nuez moscada al gusto y salpimenta (no pongas demasiada sal; la calabaza la absorbe con mucha facilidad).
Vierte en un molde para horno, tipo plum-cake, previamente engrasado, y cuece al baño María en el horno hasta que cuaje. Tápalo con papel de plata para que no se endurezca demasiado por arriba. Desmolda con cuidado (es bastante frágil) cuando esté frío. También puedes hacerlo en una fiambrera hermética, de las de hacer flanes. Engrásala e introdúcela en una olla express con dos dedos de agua durante 30-40 minutos (30 si es una olla rápida, 40 si es de las tradicionales).
A la hora de servirlo, introduce brevemente en el horno para calentarlo, y acompaña de una salsa. La de la foto es de pimientos verdes. A mí me gusta especialmente, no sólo por el contraste de sabores, sino también de colores. Si luego riegas el plato con un chorrito de mermelada de frutos rojos, el disfrute visual (que también es importante) queda asegurado.
La salsa de pimientos verdes la puedes hacer rehogando en una cazuelita una cebolla cortadas en trocitos con pimiento verde (uno si es grande, dos o tres si son pequeños), también cortados. Añade un par de dientes de ajo picados y un puñado de perejil. Una vez bien rehogado todo, tritura, añadiendo un poco de agua hasta alcanzar el espesor deseado.
Si te gusta el queso, también puedes servirlo con una salsita de queso un poquito fuerte, como el Gorgonzola, o queso azul, o Roquefort, ... Calienta un poco de nata líquida y añade el queso hasta que se derrita. Ya está!