COCINA OVO-LACTO-VEGETARIANA... Y OTRAS EXQUISITECES.


Yo cocino desde que era una niña. Por aquel entonces, amasaba el pan con arena y agua y lo dejaba secar al sol, con paciencia. Hacía exquisitas sopas con hierbecitas, piedras y agua, y luego se las daba a mis muñecas. Siempre estuvieron muy bien alimentadas.

Hoy sigo cocinando. Y lo hago para alimentar el cuerpo y el espíritu de mi familia, de mis amigos, para procurarles un poquito de salud y felicidad. Y , de paso, para dar cauce a una de las expresiones creativas que más me relajan y que mayor placer pueden llegar a causar en mi querido prójimo: un plato vegetariano, equilibrado, sabroso, aromático, bien presentado … agradable en fin a todos los sentidos.

E incluyo, por supuesto, el sentido común: Obviamente, merece la pena cualquier plan dietético que nos ayude a aumentar nuestra sensibilidad ética, respete más los recursos del planeta y sea potencialmente capaz de hacer desaparecer el hambre. El vegetariano sabe que con su vida diaria contribuye de forma privada, pequeña e indirecta al alivio del sufrimiento humano y animal. Tiene conciencia de que en vez de ser parte de un problema es parte de una solución potencial. No cabe mayor sentido común.

Lo que os ofrezco son pequeños experimentos culinarios que yo misma he ido realizando y recopilando a lo largo de casi veinte años de mi experiencia vegetariana. Por supuesto, casi todos tienen su origen en una receta que un día leí, observé y apunté, escuché, o me fue transmitida por las sabias manos de mi abuela. Pero mi absoluta incapacidad para seguir una receta al pie de la letra (mi madre dice que esto tiene que ver con mi creatividad, pero yo pienso más bien que es por mi afán desmedido de libertad en todos los campos), me ha llevado a escribir mi propio recetario.

Espero que os animéis a cultivar conmigo un arte que es pura alquimia, pura armonía, salud y magia: el arte de la cocina vegetariana.




"Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina sea tu alimento." Hipócrates

2.10.10

Panecillos de espelta con nueces y pasas.



PANECILLOS DE ESPELTA CON PASAS, NUECES Y CÚRCUMA


Antes de preparar la masa de los panecillos propiamente dicha, se prepara la “masa madre”, que actuará como levadura.


Preparación de la levadura:

100 cc. de agua, 25 gr. de levadura prensada y unos 200 gr. de harina. Deshacer y trabajar para formar una masa y dejar que fermente unos 30 minutos en un lugar cerrado y alejado de corrientes de aire.


Ingredientes para la masa: (para unas 40 piezas de 60 gr. cada una).

- 600 cc. de leche templada (puede ser de vaca, de soja, de arroz, etc.)

- 250 gr. de nueces troceadas finamente.

- 120 gr. de pasas sin semillas.

- 20 gr. de sal

- 2 huevos

- 1 cucharada (de postre) rasa de cúrcuma.

- 1 cucharada de gluten (que mejora la fermentación y aporta proteínas).

- 25 gr. de mantequilla blanda.

- 1.200 kg de harina de espelta semi-integral.


Sobre la preparación anterior de levadura, vamos añadiendo los ingredientes en el orden de arriba. Se trabaja bien el conjunto hasta formar una masa fina que no se pegue en las manos ni en la mesa. Cuando esté terminada, se le da forma redonda y se guarda tapada en un recipiente hasta que doble el tamaño inicial. Se puede meter en el horno apagado y bien cerrado. Doblar su tamaño le costará aproximadamente media hora.

Se coge la masa de nuevo y se trabaja para sacar el gas que se ha formado. Se trocea del tamaño de las piezas que queremos hacer (para panecillos, unos 60 gr. por pieza son suficientes). Se les da forma redonda y se ponen en bandejas de horno, sobre papel vegetal para que no se peguen. Se dejan de nuevo en el horno apagado para que vuelvan a doblar el volumen (unos 15 minutos más).

Mientras, se enciende el horno (a 200 grados). Se sacan los panecillos, se pintan con aceite de oliva y se cuecen unos 20 minutos.