Qué buenas son las almendras, y cómo enriquecen cualquier plato. A mí me gusta especialmente utilizarlas para hacer cremas. Les da una textura cremosa y un sabor muy especial. Esta crema es sencilla, deliciosa, aromática y reconfortante, perfecta para estos días de invierno tan crudo que estamos teniendo.
Escucha la lluvia golpear los cristales mientras saboreas cada cucharada de esta delicia de espárragos, que con seguridad repetirás…
Para unas 4 personas:
- 2 manojos de espárragos trigueros
- 1 cebolla grande
- 2 ajos
- 35 gr. de almendras molidas
- 4 ó 5 rebanadas de pan
- dos cucharadas soperas de cúrcuma
- sal y pimienta
- 4 huevos (1 por persona)
Lava y corta los espárragos en trocitos pequeños, eliminando las partes más duras. Ponlos en una olla con agua (1,5 l.) y un poco de sal, y déjalos cocer hasta que estén tiernos. Mientras se están cociendo los espárragos, prepara el majado. Para ello, corta la cebolla y los ajos y fríelos a fuego medio hasta que estén ligeramente dorados. Reserva. En el mismo aceite, fríe la almendra molida hasta que se dore. Fríe luego también las rebanadas de pan, y añádelas a un bol con agua (unos 200 ml.). Ahora, con una batidora tritura la cebolla, las almendras y el pan con el agua hasta obtener una masa fina. Incorpora este majado a la olla donde has hervido los espárragos, añade la cúrcuma, salpimenta y mezcla todo hasta que la sopa adquiera una textura uniforme. Llévalo a ebullición y una vez alcanzado este punto, deja cocer la crema durante unos 15 minutos a fuego lento. Por último, escalfa los huevos. Para ello, pon en un cazo agua y un poco de vinagre. Cuando rompa a hervir, echa el huevo con mucho cuidado. En un par de minutos estará hecho. Sácalo con una espumadera y añádelo al plato de la crema. Espolvorea con un poco de almendra molida y cúrcuma y sirve muy calentito.