El verdadero nombre de la soja verde es judía mungo y aunque no tiene nada que ver con la soja, es la legumbre más rica en proteínas después de ésta. Estrella de la cocina india, depara platos sabrosos y fáciles de digerir.
Las judías mungo, que crecen en regiones cálidas, se cultivaron por primera vez en la India hace posiblemente más de 5.000 años. Existen muchas razones que explican su éxito. Su cultivo es rentable y sencillo, pues no exigen mucha agua, maquinaria agrícola ni grandes cuidados, y la cosecha llega rápido: en poco más de tres meses desde la siembra.
La judía mungo constituye una gran fuente de proteínas ya que aporta nada menos que 25 g por cada 100 g (30 g si está pelada). Además, proporciona hidratos de carbono, fibra y una cantidad mínima de grasas. Por estas características, se trata de un alimento muy adecuado para reducir los niveles de colesterol en la sangre.
Destaca también por su riqueza y variedad en minerales. Es rica, sobre todo, en magnesio, que beneficia a huesos, músculos y al sistema nervioso; también aporta dosis considerables de hierro, básico para la protección inmunitaria y el transporte de oxígeno; y es una buena fuente de fósforo, que nutre los huesos e interviene en la producción de energía.
Su delicado sabor no domina en la receta y tiene la gran virtud de impregnarse bien de los sabores y aromas de los alimentos que la acompañan. Por esa razón, resulta excelente en preparados de cocción lenta y prolongada, como guisos y estofados, debidamente especiados y con una buena proporción de hortalizas o cereales que la complementen desde el punto de vista nutricional.
Para favorecer su digestión y reducir el tiempo de cocción, es necesario dejarlas en remojo antes de cocinarlas. Pasado ese tiempo, se deben enjuagar y escurrir bien a fin de eliminar las sustancias flatulentas disueltas en el agua. Igualmente, para destruir ciertas sustancias indigestas que suelen contener la mayoría de las legumbres en la piel, se han de echar a la olla con el agua todavía fría. Se las deja hervir a fuego fuerte y sin tapar durante 2 o 3 minutos y luego se dejan cocer a fuego lento añadiendo un poco de agua fría de vez en cuando, hasta que la legumbre esté en su punto.
Es importante retirarla del fuego a tiempo, justo antes de que se abra la piel, dejando que la cocción se acabe fuera del fogón. Así se evita que se deshaga y se convierta en puré, pues a partir de cierto punto de cocción la judía mungo se ablanda muy rápidamente.
Para preparar la receta que veis arriba:
- medio hinojo
- un patata
- un trozo de coliflor
- un puerro
- dos zanahorias
- comino en polvo
- cúrcuma
- aceite de oliva y sal
Sofreir todas las verduras cortadas en trozos pequeños en un poco de aceite de oliva. Añadir agua y las especias y dejar cocer hasta que las verduras empiecen a ablandarse. Echar la soja verde (después de haberla tenido en remojo y de enjuagarla bien) y seguir el proceso descrito arriba para cocerla.
Algunas personas, especialmente los niños, prefieren comerse este tipo de guisos triturados. La crema resultante de éste es igualmente deliciosa.