Aunque sus propiedades digestivas son bien conocidas, la canela es mucho más que un condimento digestivo. Junto a otras seis especias (anís, jengibre, menta, nuez moscada, regaliz y vainilla), es uno de los alimentos con mayor actividad antioxidante. Además, del aceite de canela se estudian sus efectos antibacterianos.
La pequeña cantidad de canela empleada en la cocina no proporciona niveles terapéuticos, pero en la cocina es un aromatizante imprescindible para postres dulces y también salados. En estos últimos, aporta un toque claramente oriental.
Aparte, hacer la salsa: picar una cebolla y freír en poco aceite. Añadir dos cucharadas soperas rasas de harina y mezclar bien. Añadir leche poco a poco sin parar de remover, hasta hacer una bechamel clarita, a la que añadiremos un poco de canela y nuez moscada.
En el momento de servir, decorar con unas hebras de azafrán y unas ramas de canela.