Los orientales diferencian claramente la cocina por estaciones. A la primavera, con más horas de luz y más actividad al aire libre, corresponde una cocina de cocciones menos largas que en estaciones frías; se comen más alimentos crudos, y se procura que el color y la alegría que se observa en la naturaleza, se observe también en el plato.
Esta receta entraría perfectamente dentro de lo que los orientales llaman “un plato de primavera”. La base es el tempeh, un derivado de la soja muy apropiado para hacer croquetas, porque les da consistencia y admite todo tipo de mezclas de verduras. El tempeh se vende “puro” o mezclado con otros cereales, verduras o algas, que enriquecen su sabor. Si utilizas el puro, tendrás que cocerlo durante unos 10 minutos en agua con salsa de soja. El que yo he utilizado en esta receta, se vende mezclado con quinoa y preparado ya para su consumo, por lo que no es necesario cocerlo.
Te encantará este plato; es original, sano, delicioso, y está lleno de colores y sabores que sorprenden.
Para la ensalada:
Rallar dos pepinos y dejar una media hora macerando en salsa de soja. Añadir un yogur de soja, un diente pequeño de ajo muy picado y un poco de vinagre de arroz.
Yo he guardado todo el caldo, pero puedes eliminar un poco si la ensalada te resulta demasiado líquida. Adórnala con semillas de amapola o con un poco de sésamo negro.
Para las croquetas:
Aplastar con un tenedor la porción de tempeh y mezclar con medio pimiento rojo grande, dos zanahorias y un buen puñado de perejil, todo muy picado (yo he usado el robot de cocina). Aparte, picar una cebolla y dos dientes de ajo, salar y freír en aceite de oliva. Añadir a la mezcla anterior, junto con dos cucharadas soperas de comino. Amasar bien y formar pequeñas croquetas (si lo haces con las manos mojadas, te resultará más sencillo). Poner en una bandeja de horno y pintar con un poco de aceite de sésamo (o de oliva). Hornear a 180 grados durante unos 12 minutos.
Servir con una salsa hecha a base de salsa de soja aligerada con un poquito de agua y unas gotas de jugo de jengibre.