Hace tiempo empecé a experimentar con el tradicional “hummus” para darle un toque diferente, y hacer de este paté, que suele tener muy buena acogida entre mi familia y mis amigos, una delicia todavía mayor.
La receta resultante de esos experimentos culinarios ha tenido un enorme éxito, y uno de mis incondicionales (uno de esos a los que a mí me gusta llamar “mis víctimas culinarias”), ha llegado a sugerir –aportando pruebas irrefutables- que tiene un claro efecto afrodisíaco. Puede que tenga razón. Pruébalo y me lo cuentas…
-medio bote de garbanzos cocidos, escurridos y bien lavados (o cocer esa misma cantidad de garbanzos en casa).
- dos cucharadas colmadas de tahini (puré de sésamo).
- medio diente de ajo
- un chorrito de tamari (salsa de soja)
- un chorrito de aceite de oliva
- dos cucharadas de zumo de limón-
- una cucharada colmada de Ras El Hanout (a la venta en tiendas de comida árabe y en algunos supermercados).
Triturar todos los ingredientes con la ayuda de una batidora o un robot de cocina. Ir añadiendo agua hasta lograr la consistencia apropiada.
Servir con tostadas o verduras cortadas en forma de palito (zanahoria, apio y pepino, por ejemplo).
La especia llamada “Ras El Hanout”, característica de la cocina marroquí, significa “lo mejor de la tienda”, porque combina hasta treinta tipos de plantas y especias dulces, picantes y amargas. Las más usuales son comino, cardamomo, jengibre, cúrcuma, cilantro, diferentes tipos de pimienta, pimentón, clavos, nuez moscada, canela, anís y guindillas. Pero también flores como lavanda, rosa y orégano, y pequeñas cantidades de ingredientes exóticos y afrodisíacos.