Este paté es uno de los más conocidos de la cocina árabe, junto con el hummus, y se sirve como entrante en la cocina musulmana, en la que recibe el nombre de "mutabal".
Pero en Siria y Palestina este plato recibe un nombre un tanto curioso; "baba ghanoush", que literalmente traducido significa coqueto y vicioso. Y es que éste sería el mejor nombre para describir esta crema de agradable y ligera textura, que hace que una vez que la pruebes se despierte la más insaciable de las gulas. Y es tanta la fama de este plato, que es muy popular la creencia de que si las mujeres comen este plato, acabarán por adquirir las mismas cualidades melosas del baba ghanoush. Así muchas madres se lo dan a sus hijas buscando transmitirles las virtudes de ser mimosas y viciosas. Una política que también tiene sus detractores, que prohíben comerla precisamente por el mismo motivo.
Para preparar este plato necesitaremos una berenjena grande, dos cucharadas de puré de sésamo (tahini), un diente de ajo pequeño, una cucharada de comino en polvo, el zumo de ½ limón, sal, aceite de oliva virgen extra y pimentón dulce para decorar.
Comenzamos la elaboración lavando la berenjena y cortándola longitudinalmente por la mitad. Después realizamos unos cortes profundos en la carne de la berenjena en diagonal, primero en un sentido y después en otro, de manera que quede cortado en rombos. En una bandeja de horno ponemos un chorrito de aceite y ponemos las mitades de berenjena con la carne sobre la base de la bandeja. Movemos un poco las berenjenas para que se impregnen de aceite e introducimos el recipiente en el horno previamente caliente durante 45 min. aproximadamente a 180ºC. En la mitad del proceso daremos la vuelta a las berenjenas. Una vez asada la berenjena, la dejamos enfriar a temperatura ambiente. Mientras, trituramos el ajo, una pizca de sal, el puré de sésamo (tahini) y el comino en polvo, hasta que obtengamos una pasta, a la que añadiremos el zumo de limón. Mezclamos bien todo el conjunto y le añadimos la carne asada de las berenjenas.
Sírvelo con pan de pita, que es el acompañamiento tradicional, o con cualquier tipo de pan que te apetezca. Nosotros, esta vez lo hemos comido nada menos que con pan negro alemán de centeno. ¿Por qué no? Siempre me han gustado las mezclas atrevidas...