Nuevos estudios realizados por el paleopatólogo Karl Grossschmidt, de la Universidad Médica de Viena, y publicados en la revista ARCHAEOLOGY , echan por tierra algunas ideas acerca de la alimentación de los gladiadores en la antigua Roma.
El Dr. Grossschmidt ha participado en los trabajos de investigación en el que se considera el único cementerio conocido de gladiadores, una parcela de unos 6.000 m2 en Éfeso, en la parte occidental de la actual Turquía, en el camino que llevaba desde el centro de la ciudad hasta el Templo de Ártemis, una de las Siete Maravillas del mundo antiguo. Aquí se han encontrado los restos de más de 60 jóvenes gladiadores, cuyo estudio reciente servirá para llenar las lagunas en las fuentes literarias y como registro arqueológico sobre cómo murieron los gladiadores. Pero la revelación más sorprendente hace referencia a lo que mantenía vivos a los gladiadores: una dieta vegetariana rica en hidratos de carbono, con suplemento ocasional de calcio.
Los autores contemporáneos de los gladiadores a veces se refieren a ellos como hordearii – literalmente, “hombres de cebada”. Grossschmidt y su colaborador Fabián Kanz han sometido muestras de hueso a un análisis isotópico, una técnica de medida que rastrea elementos químicos como el calcio, estroncio y zinc, para intentar averiguar el porqué de este término. Algunos resultados obtenidos cabe interpretarlos como sorprendentes. En comparación con el promedio de los habitantes de Éfeso, los gladiadores comían más vegetales y muy poca proteína animal. Al parecer, el consumo de una gran cantidad simplemente de hidratos de carbono, como cebada y de legumbres, como judías, fue diseñado para su supervivencia en la arena.
Pero una dieta a base de cebada y vegetales dejaba a los combatientes con un grave déficit de calcio. Para mantener sus huesos fuertes, las fuentes históricas decían que los gladiadores elaboraban brevajes a base de madera carbonizada, rica en calcio. Cualquiera que fuera la fórmula exacta, la cosa funcionó. Grossschmidt dice que los niveles de calcio en los huesos de estos gladiadores eran “desorbitados” en comparación con la población en general. ”Muchos atletas hoy en día tienen que tomar suplementos de calcio”, dice. “Ellos también lo sabían entonces”.