COCINA OVO-LACTO-VEGETARIANA... Y OTRAS EXQUISITECES.


Yo cocino desde que era una niña. Por aquel entonces, amasaba el pan con arena y agua y lo dejaba secar al sol, con paciencia. Hacía exquisitas sopas con hierbecitas, piedras y agua, y luego se las daba a mis muñecas. Siempre estuvieron muy bien alimentadas.

Hoy sigo cocinando. Y lo hago para alimentar el cuerpo y el espíritu de mi familia, de mis amigos, para procurarles un poquito de salud y felicidad. Y , de paso, para dar cauce a una de las expresiones creativas que más me relajan y que mayor placer pueden llegar a causar en mi querido prójimo: un plato vegetariano, equilibrado, sabroso, aromático, bien presentado … agradable en fin a todos los sentidos.

E incluyo, por supuesto, el sentido común: Obviamente, merece la pena cualquier plan dietético que nos ayude a aumentar nuestra sensibilidad ética, respete más los recursos del planeta y sea potencialmente capaz de hacer desaparecer el hambre. El vegetariano sabe que con su vida diaria contribuye de forma privada, pequeña e indirecta al alivio del sufrimiento humano y animal. Tiene conciencia de que en vez de ser parte de un problema es parte de una solución potencial. No cabe mayor sentido común.

Lo que os ofrezco son pequeños experimentos culinarios que yo misma he ido realizando y recopilando a lo largo de casi veinte años de mi experiencia vegetariana. Por supuesto, casi todos tienen su origen en una receta que un día leí, observé y apunté, escuché, o me fue transmitida por las sabias manos de mi abuela. Pero mi absoluta incapacidad para seguir una receta al pie de la letra (mi madre dice que esto tiene que ver con mi creatividad, pero yo pienso más bien que es por mi afán desmedido de libertad en todos los campos), me ha llevado a escribir mi propio recetario.

Espero que os animéis a cultivar conmigo un arte que es pura alquimia, pura armonía, salud y magia: el arte de la cocina vegetariana.




"Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina sea tu alimento." Hipócrates

22.4.12

Tarta de chocolate del Final Feliz.


Final Feliz

"Después de una cena erótica que, cucharada a cucharada, ha conducido a los amantes a través de los preámbulos y juegos amorosos hasta el lecho, debe haber un final feliz: el postre. Un postre corona la orgía íntima: mangos flambeados con ron o profiteroles rellenos con frambuesas y cubiertos por un manto aterciopelado de chocolate…”

Isabel Allende, “Afrodita” (Postres)

 TARTA DE CHOCOLATE DEL FINAL FELIZ
Con salsa de Calvados, hierbabuena y fresas.


Triturar 250 grs de galletas y mezclar con 80 grs de mantequilla derretida. Engrasar un molde para tartas (mejor si es desmontable) y apretar esta mezcla en el fondo para hacer la base de la tarta.
Aparte, fundir  al baño maría 250 grs de chocolate puro en pastilla y, dentro del mismo cazo, añadir ½ l. de nata líquida, ½ l. de leche y tres sobres de cuajada en polvo. Remover continuamente y a fuego suave hasta que hierva. Entonces apartar del fuego sin dejar de remover. Volver a poner el fuego hasta que vuelva a hervir y retirar. Echar la mezcla sobre la base de la tarta. Dejar enfriar y luego meter en la nevera. Para decorar, rallar unos 50 grs. del mismo chocolate en pastilla. Repartir por la superficie (ya en frío) y decorar con unas frambuesas.
Salsa: Triturar un cuarto de fresas con dos cucharadas de azúcar moreno, un poco de licor de manzana Calvados (u otro) y un manojo de hierbabuena.