COCINA OVO-LACTO-VEGETARIANA... Y OTRAS EXQUISITECES.


Yo cocino desde que era una niña. Por aquel entonces, amasaba el pan con arena y agua y lo dejaba secar al sol, con paciencia. Hacía exquisitas sopas con hierbecitas, piedras y agua, y luego se las daba a mis muñecas. Siempre estuvieron muy bien alimentadas.

Hoy sigo cocinando. Y lo hago para alimentar el cuerpo y el espíritu de mi familia, de mis amigos, para procurarles un poquito de salud y felicidad. Y , de paso, para dar cauce a una de las expresiones creativas que más me relajan y que mayor placer pueden llegar a causar en mi querido prójimo: un plato vegetariano, equilibrado, sabroso, aromático, bien presentado … agradable en fin a todos los sentidos.

E incluyo, por supuesto, el sentido común: Obviamente, merece la pena cualquier plan dietético que nos ayude a aumentar nuestra sensibilidad ética, respete más los recursos del planeta y sea potencialmente capaz de hacer desaparecer el hambre. El vegetariano sabe que con su vida diaria contribuye de forma privada, pequeña e indirecta al alivio del sufrimiento humano y animal. Tiene conciencia de que en vez de ser parte de un problema es parte de una solución potencial. No cabe mayor sentido común.

Lo que os ofrezco son pequeños experimentos culinarios que yo misma he ido realizando y recopilando a lo largo de casi veinte años de mi experiencia vegetariana. Por supuesto, casi todos tienen su origen en una receta que un día leí, observé y apunté, escuché, o me fue transmitida por las sabias manos de mi abuela. Pero mi absoluta incapacidad para seguir una receta al pie de la letra (mi madre dice que esto tiene que ver con mi creatividad, pero yo pienso más bien que es por mi afán desmedido de libertad en todos los campos), me ha llevado a escribir mi propio recetario.

Espero que os animéis a cultivar conmigo un arte que es pura alquimia, pura armonía, salud y magia: el arte de la cocina vegetariana.




"Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina sea tu alimento." Hipócrates

21.5.11

Dos entrantes a base de pimientos.

Llega el calor, y con él, cada vez más apetecen los platos ligeros y refrescantes. Prueba estos dos entrantes a base de pimientos (rojos y verdes), y disfruta además de sus propiedades: el pimiento está lleno de fibra, y no aporta grasas. Además, es rico en vitaminas (especialmente C y E), y un gran apoyo para el sistema inmunológico.

Una curiosidad sobre el pimiento:

Según todas las enciclopedias y el criterio de todos los eruditos, el pimiento nos llegó de América con los primeros viajes de Colón. Sin embargo, hoy descubro en una página de internet que en Villalcázar de Sirga (Palencia), se conserva en perfecto estado un sarcófago del siglo XIII, de la segunda esposa del infante Felipe, hermano de Alfonso X el Sabio. Se llama Leonor Ruiz de Castro y Pimentel, y en su mano sostiene... ¡un pimiento! (ver foto) ¿Cómo es posible, si no se vería un pimiento por tierras ibéricas hasta finales del XV? Es un misterio. Y, por cierto, ¿de dónde viene el apellido Pimentel en el XIII?




PIMIENTOS VERDES RELLENOS


- medio pimiento rojo.
- 1 diente de ajo
- 1 limón
- aceite de oliva
- una cucharada de perejil picado
- 4 pimientos verdes largos
- 300 grs de mozzarella rallada
- 3 ó 4 nueces peladas y picadas
- sal y pimienta



Corta el pimiento rojo en daditos muy pequeños. En un bol, mezcla el ajo, los daditos de pimiento rojo, el zumo del limón, 4 cucharadas de aceite de oliva y el perejil. Sazona con sal y pimienta. Reserva.
Corta los pimientos verdes a lo largo y quita las partes blancas y las semillas. Pincela con aceite de oliva y asa a la parrilla durante unos 6-8 minutos con la parte hueca hacia abajo. Retira y coloca en los huecos la mozarella rallada. Vuelve a asar durante unos 6 minutos con la parte ya rellenada hacia arriba. Vierte por encima la sala que has reservado y reparte las nueces picadas por encima.


MUHAMMARA


La muhammara es una crema de pimiento originaria de Siria, muy común en la gastronomía de oriente medio. La receta es muy sencilla. Sírvela con unas rodajas de pan, y verás como no sobra nada...


- 2 pimientos rojos grandes asados (en muchos supermercados los puedes comprar ya asados).
- un puñado de nueces peladas.
- una cebolla mediana picada.
- un diente de ajo picado.
- una cucharadita de comino, otra de pimentón dulce, media de sal.
- 2 cucharaditas de zumo de limón.
- 2 cucharadas de sirope de ágave o de otra melaza.
- 2 cucharadas de pan rallado.
- aceite de oliva.

Saltea la cebolla en aceite de oliva. Añade el ajo y el comino y luego mezcla todo con el resto de los ingredientes. Bate la mezcla hasta que quede un paté cremoso y homogéneo. Si te gusta más espeso, puedes añadir más pan rallado hasta que tenga la consistencia que más te guste.